Frío…
como la temporada que representa
el
nacimiento de tu nombre.
Sueño
creer que alguna vez fuiste ese sueño.
Recuerdo
lo largo de los días postreros,
indefinidos,
anchos, oscuros… que caen.
Esa
ausencia repentina, restaba sabor al café cotidiano
que
absorto tragaba en ese lugar.
Lugar
que el destino obligó habitar.
Pedazos
propios alrededor me interrogaban:
-
¿cómo sigues vivo?
Sin
respuesta… solo me movió a recoger
escombros
de sueños irreales que construí.
De
a poco los enterré
en
el lugar más árido que encontré,
procurando
su imposible germinación.
Fui
ahogando en ese seco lugar
los
fines, metas, deseos
y
realicé, mientras los diseminaba,
que
nunca fuiste sueño,
que
eras tragedia, atraso, infortunio, simple pesadilla.
Ese
día sentí nuevamente el calor de mi sangre
recorrer
mis venas.
Ese
día prometí olvidar lo sufrido,
las
mentiras disfrazadas de verdad.
Superé
lo que creí imposible,
acepté
tu mezquindad.
Pero
tranquila… tu secreto guardado está.
Sabemos
que fuiste, eres y serás pesadilla,
pero
ante el resto de los ojos solo sueño serás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario